François Robin & Mathias Delplanque


Photo credits: Bastien Capela
La música de François Robin & Mathias Delplanque combina lo acústico y lo electrónico, donde se unen la experiencia en la música tradicional y la electrónica/electroacústica y el diseño sonoro, plasmándose en una propuesta en donde se encuentran el krautrock, el minimalismo, el drone y el folk tradicional.
François Robin toca la veuze (gaitas de la región de Nantes), el Doudouk armenio, mizmar y violón. En tanto Mathias Delplanque, residente en Nantes, está cargo de los sintetizadores y live electronics. François Robin, oriundo del departamento de Vendée (noroeste de Francia), posee una trayectoria de más de 15 años, logrando hacerse de un nombre dentro de la escena de la música tradicional en Francia, explorando permanentemente nuevos sonidos, a través de objetos, técnicas y el procesamiento electrónico. Asimismo, trabaja en el campo de las instalaciones sonoras, el teatro y la danza.
Por su parte, Mathias Delplanque se formó en artes plásticas y tiene varios proyectos en solitario y en colaboración, en los ámbitos de la electroacústica, la música electrónica y también se desempeña en los campos de la danza, el teatro contemporáneos, el cine, la radio y otros medios. Desde 2006, cuenta con una discografía de más de 25 discos.
El dúo acaba de publicar su álbum «L’ombre de la bête» (“La Sombra de la Bestia”), editado por el sello belga, afincado en Bruselas, Parenthèses Records. Lo de bestia está relacionado con la gaita veuze, por su apariencia de animal, pues respira, sopla, grita y gime, según comenta François Robin, quien nos amplía en esta entrevista, acerca de los instrumentos que utilizan, la forma en cómo se desenvuelven en distintas formas de arte y los proyectos futuros.
https://parenthesesrecords.bandcamp.com/album/lombre-de-la-b-te
https://www.mathiasdelplanque.com/
https://mathiasdelplanque.bandcamp.com/
¿Cómo ha sido el proceso de exploración del sonido electroacústico de tu instrumento, Veuze? ¿Es diferente o no al enfoque con la electrónica como se aprecia en vuestro álbum «L’ombre de la bête»?
«En 2007, empecé a investigar y experimentar con mi instrumento, la veuze. Aprendí a tocarlo con un músico que también es fabricante de gaitas. Todavía hoy fabrica mis instrumentos. La cuestión de cómo producir sonido siempre ha sido parte de mi proceso de aprendizaje y en un momento determinado, opté por construir mi instrumento, no con herramientas clásicas de instrumentista, sino con sensores y efectos. Rápidamente intenté jugar con los diferentes elementos de mi gaita (aliento, cuero, madera,…) Quería utilizar la veuze como instrumento de acompañamiento (y no solo como instrumento solista).
Muy rápidamente cambié a un sistema de computadora-tarjeta de sonido-controlador, una computadora portátil que siempre fue evolucionando de acuerdo a los proyectos. Conocí a Mathias Delplanque casi al comienzo de este proceso de investigación y siempre he apreciado su música. También participé en un taller de música electrónica en Berlín donde él era el asesor artístico.
Con “Ombre de la Bête” y nuestra colaboración, traté de alejarme de las limitaciones de las máquinas confiando a Mathias la electrónica para concentrarme en los instrumentos acústicos.
Sí el enfoque es casi idéntico (uso el mismo software Ableton Live/controladores similares, etc…), el resultado no tiene nada que ver, Mathias aportando su propia cultura musical, su experiencia en música electrónica y una manera realmente instrumental de ir tocando las máquinas (capacidad de responder e interactuar con mis sonidos).»
El sonido del instrumento Doudouk de Armenia es increíble. Hasta donde yo sé este instrumento se usa para bailes en bodas en Armenia, Azerbaiyán y otros países de la zona. ¿Cómo te interesaste en los instrumentos Doudouk y Veuze?
«Efectivamente, el doudouk armenio es un oboe popular que también se puede encontrar en diferentes formas en todo el Cáucaso, en Turquía… Y es un instrumento tradicional, que acompaña los ritos de la sociedad armenia (bodas, funerales) de la misma manera que el veuze hizo hace 100 años en la sociedad rural del sur de Bretaña y el norte de Vendée en Francia. Aquí la tradición se detuvo hace mucho tiempo y la música popular ya no tiene nada que ver con la música tradicional (en términos de instrumentos, bailes y prácticas de canto).
Toqué la veuze muy joven porque mi padre también la tocaba. Se llevó el instrumento a casa. Todavía toco de vez en cuando con él, en ciertas fiestas familiares.
El doudouk es mucho más reciente. Descubrí este instrumento como muchos otros en música de cine (la ‘Última Tentación de Cristo’), documentales, discos etnomundiales (Brian Eno/Peter Gabriel). Además, por supuesto, del sonido cautivador, encuentro muchos puntos en común con el veuze (música modal, drones, sonido continuo, ornamentos)».
Me da la impresión de que en la canción «Dans l’ombre» hay un diálogo entre la Veuze y el Doudouk que va in crescendo hasta llegar a un clímax. El sonido de ambos instrumentos es incluso similar (para mis oídos neófitos). El baile es perfecto entre ambos instrumentos, con timbres muy similares. ¿Cuál es tu opinión?
«Aunque en esta pieza no hay doudouk. Solo se usa una vez en el disco, en la canción ‘Le Puits’.
Pero entiendo tu ‘confusión’, porque ‘Dans L’Ombre’ es una pieza en la que me divertí tocando con los diversos materiales y modos de mi instrumento. La percusión al principio se hace con el oboe de la gaita, captada por un micrófono que pongo dentro. Y a lo largo de la pieza trabajo mucho el soplo y la lengüeta de la veuze, tocando más o menos fuerte y buscando notas más suaves. Esta es la gran tragedia de mi práctica instrumental con la gaita: un instrumento con una dinámica constante y un sonido continuo. Trato de romper esto con diferentes técnicas.
Acompañado por Mathias con los efectos, el sampleo en vivo, el procesado, desdibujamos las líneas.
Todavía no hemos mezclado el veuze con el doudouk. Sin embargo, en el primer tema, «Sous le cuir», se puede escuchar el mizmar y el veuze.»
Cuando escucho «L’homme à la tête de cheval” y otras canciones de tu disco, te imagino tocando mientras un grupo de baile te acompaña con una coreografía especial. ¿Invitas a grupos de baile a tus conciertos?
«‘L’Ombre de la Bête’ está lleno de influencias de nuestros dos orígenes. Por mi parte, tengo una práctica muy presente de música de baile (música tradicional), aunque actualmente soy más un concertista.
La música que toco está llena de bailes, pasos y ritmos. Es mi cultura.
Mathias también tiene oídos atentos a la música del mundo, la música dance (electro/dub/…). Lleva mucho tiempo acompañando a coreógrafos y bailarines contemporáneos.
‘L’homme à tête de cheval’ se basa en un ritornello, un ostinato, de una danza tradicional de mi región (Noroeste de Vendée): la Grand’danse. Hablando de espectáculos de danza, en realidad trabajamos con los coreógrafos Marco Cantalupo y Katerzyna Gdaniec de la compañía Linga (Lausana). Crearon un espectáculo de danza para ocho bailarines basado en la música de ‘L’ombre de la Bête’ que interpretamos en directo. Se llama ‘Cosmos’. Actuamos regularmente con ellos en Suiza, Alemania, Francia…»
¿Combinas tu música con otras formas de arte?
«Sí, como dije arriba, ‘L’Ombre de la bête’ fue coreografiado con la Linga Company.
A menudo trabajo con actores y directores (Arthur Nauzyciel / David Gauchard / Laurent Fréchuret).
También toco con un cantante llamado Sylvain Giro. Al igual que Mathias, creo instalaciones sonoras, mezclando sonidos concretos, música, sonidos recogidos, escenografía…
Mathias tiene una formación en artes plásticas. Tiene sus propios proyectos musicales en solitario o en colaboración, y trabaja mucho con la danza y el teatro contemporáneos, pero también con el cine, la radio, etc…»
¿Puedes contarnos tus proyectos futuros?
“Realmente hay muchos deseos y propuestas, no puedo mencionarlos todos. Sin embargo, en este momento estoy trabajando con otros 20 gaiteros y músicos que tocan la bombarda (de la familia del