Fredy Studer

¿Cómo nace este proyecto?
Este proyecto nace de una larga reflexión sobre el papel que desempeñan los bateristas en la música contemporánea. No se trata únicamente de mantener el ritmo, también pueden proponer ideas musicales, colores, atmósferas.

¿Bajo qué concepto se agruparon los músicos?
La selección de los músicos que participaron se hizo considerando lo que cada uno podía aportar, sin importar los estilos musicales. Es un grupo ecléctico, ciertamente, pero muy coherente en cuanto a su sensibilidad y su visión artística. Lo que los une es una voluntad común de experimentar, de ir más allá.

¿Existen elementos comunes entre las diferentes piezas del disco?
Sí, sin duda. Todos compartimos una búsqueda de lo esencial, de lo que se expresa sin artificios. Cada pieza tiene su lenguaje propio, pero todas las composiciones buscan suscitar una emoción auténtica.

¿Cuál fue el mayor desafío al grabar este disco?
El reto más grande fue encontrar el equilibrio justo entre lo escrito y lo improvisado. Quería que las estructuras fueran claras, pero que dejaran espacio para la libertad de cada músico. Fue un trabajo colectivo muy enriquecedor.

¿Dónde se grabó y cuáles fueron las condiciones técnicas?
Grabamos en un estudio suizo muy bien equipado, con excelentes condiciones acústicas. La mayoría del disco se registró en tomas en vivo, para mantener la energía del momento.

¿Cuál es el rol de la batería en este disco?
Ocupé un rol más compositivo y estructural. No busqué destacar en lo técnico, sino integrar la batería dentro del grupo como un instrumento melódico y armónico más. Explorar sus posibilidades tímbricas fue también muy importante.

¿Cómo ha sido la recepción del disco hasta ahora?
La recepción ha sido muy positiva, especialmente en el circuito europeo. La crítica ha destacado el enfoque arriesgado y la calidad de las composiciones. Es motivador saber que el mensaje llegó.