Gregg Kowalsky
¿Qué sensaciones gatillaron este trabajo?
Una nueva forma de grabar. Aunque tenía muchas ideas antes de entrar al estudio, fue allí donde el concepto evolucionó de forma espontánea. Trabajar con cinta abierta me forzó a repensar completamente cómo grabo música.
¿Qué tan consciente fuiste de las emociones que el disco podría provocar?
No pienso mucho en ello cuando estoy grabando. Simplemente dejo que la música fluya de forma natural. Sin embargo, creo que hay una emoción esencial en cada pieza y que los oyentes pueden conectarse con ello a su manera.
¿Cuáles fueron tus referencias inmediatas?
Mucha música clásica contemporánea, trabajos de los años 60 y 70 de compositores minimalistas. También cosas nuevas, electrónicas, incluso pop experimental.
¿Consideras que este material guarda distancia con tus trabajos anteriores?
Sí, definitivamente. Es más orgánico, más textural. Mucho menos dependiente del computador. En este álbum, el ambiente en el que lo grabé hizo una gran diferencia.
¿Te encontraste con nuevas dificultades creativas o técnicas a medida que avanzaste?
Claro, especialmente técnicas. La edición con cintas es mucho más limitada que en digital. Pero creo que esas limitaciones ayudaron al sonido final, más puro, más sucio también, pero con más vida.
¿Qué te gustaría que experimenten los oyentes?
Quiero que sientan calma, pero también que tengan curiosidad. Que se detengan unos minutos y simplemente escuchen. Creo que esta música tiene muchos detalles que requieren atención lenta.
