Gudrun Gut

Photo credits: M. v. Kummer

¿Cómo fue tu primera experiencia artística con música electrónica y cuándo sentiste que estabas comprometida con esta estética sonora?

Cuando estaba en la universidad, me involucré en la emisora de radio y conocí a mucha gente fascinante. Teníamos un pequeño estudio y solíamos experimentar mezclando sonidos e improvisando. Esto me encantó. Sentí que era la manera correcta de acercarme a la música. No tenía una formación musical académica, pero esto era libre y accesible. Mi compromiso real llegó cuando fundamos Mania D (con Beate Bartel y Eva Gössling), y más aún cuando me mudé a Berlín.

A lo largo de los años, tus diferentes proyectos han mantenido una coherencia estética. ¿Cuál es tu visión del sonido y qué elementos consideras esenciales a la hora de componer o trabajar una nueva creación?

Me gusta la experimentación. Me gusta sorprenderme. Me gusta el enfoque minimalista. Me gusta que el ritmo esté presente, pero también me gusta romperlo. Tal vez los elementos importantes para mí son los accidentes y la crudeza que hay en el sonido. A veces una pieza surge de una casualidad o error interesante. Así que la experimentación y la apertura son claves.

Te has enfrentado a muchas transformaciones tecnológicas desde los setenta hasta hoy. ¿Cómo ha influido esto en tu proceso creativo?

¡Muchísimo! En los setenta hacíamos todo de forma análoga. Luego vinieron las primeras grabadoras de cinta pequeñas, las computadoras, los primeros samplers. Cada nueva herramienta trajo consigo nuevas posibilidades. No me considero una freak tecnológica, pero muchas veces la tecnología me ha permitido hacer cosas que antes no eran posibles. Pienso que más importante que el avance en sí es cómo lo usas.

Desde tu rol en Monika Enterprise has ayudado a visibilizar el trabajo de muchas artistas mujeres. ¿Cómo ves la evolución de la representación femenina en la música electrónica?

Pienso que hemos avanzado muchísimo, aunque todavía queda camino. Cuando comencé en los ochenta era muy raro ver a una mujer con un sintetizador o en el estudio. Hoy en día eso ha cambiado gracias al trabajo de muchas mujeres, colectivos y festivales que han impulsado esta presencia. Pero aún existen estructuras patriarcales en la industria y eso demora los cambios.

Tus discos como solista combinan un trabajo sensible con lo político. ¿Crees que la música debe tener un componente crítico o político?

Definitivamente. No tiene por qué ser panfletaria, pero vivimos en una sociedad y es inevitable que lo que sentimos esté influido por lo que sucede a nuestro alrededor. Para mí es importante incluir eso. Lo político puede estar en una letra, en un gesto sonoro, en cómo produces un disco o a quién invitas a colaborar.

Viviste el Berlín previo y posterior a la caída del muro. ¿Qué significó esa transformación para ti como artista?

Fue realmente un cambio enorme. Antes del muro, la vida en Berlín Oeste tenía una vibra particular, una libertad quizá porque estábamos un poco aislados. Después, con la caída, todo se abrió. La ciudad se volvió un laboratorio artístico increíble, lleno de vacío, de posibilidades y de gente con energía. Fue una época muy estimulante.

Has colaborado con otras artistas fundamentales. ¿Qué valor le das al trabajo colaborativo?

Es esencial. Me encanta trabajar con otras personas. Es una forma de nutrirme, de no quedarme encerrada en mí misma. En una colaboración siempre hay algo que no controlas del otro, y eso crea movimientos inesperados. Además, hay una gran riqueza en la diversidad de ideas y enfoques.

¿Cómo ves el panorama actual de la música electrónica y qué artistas te interesan hoy en día?

Es una escena inmensamente rica y diversa. Me gusta mucho lo que están haciendo artistas jóvenes como Lucrecia Dalt, Lavender, Paulina Echem, pero también me gustan las mezclas de géneros, el cruce con lo ambiental, el noise, lo ritual. Hay mucha música nueva increíble.

¿En qué estás trabajando actualmente?

Acabo de terminar una nueva instalación para una galería en Berlín que mezcla voz y sonido espacial. También estoy colaborando con un artista visual en un proyecto interdisciplinario. Pronto lanzaré una reedición especial de proyectos antiguos y seguiré con mi programa en la radio.