Jon Mueller

Desde la amplia trayectoria de Jon Mueller, su nuevo disco “Death Blues” aparece como una suerte de manifiesto o llamado. Más allá de una experiencia solamente sonora, el trabajo propone una reflexión sobre la temporalidad y urgencia vital.

¿Cuál es la idea detrás del proyecto Death Blues?

Me di cuenta que muchas de las personas, incluyéndome a mí, viven como si tuvieran todo el tiempo del mundo. Estas personas dejan de lado experiencias importantes, relaciones, o el propósito mismo de sus vidas, esperando por un tiempo mejor. El proyecto apunta a confrontar esa manera de pensar, recordando que moriremos, que la muerte es segura, pero su momento, incierto. El proyecto busca que la gente se enfoque en lo importante ahora.

¿Cómo se conecta esta intención con la música del disco?

La música es directa, sin adornos innecesarios, enfocada en la repetición y el pulso. Intenta estar “presente”, como una herramienta para provocar y mantener la atención en el momento.

¿Cómo se gestó el proyecto Death Blues?

Empezó como una idea que fui escribiendo durante meses. Luego grabé un disco con Chris Rosenau (Collections of Colonies of Bees, Volcano Choir), y finalmente empecé a organizar actuaciones con otros músicos. También publiqué ensayos, poesía, una página web (deathblues.com) y varios objetos físicos (libros, cajas, etc.) que acompañan la experiencia.

Lo visual parece importante. ¿Cómo se integra con la música?

Desde el inicio Death Blues no ha sido solo música. Quise generar una experiencia inmersiva. Los objetos, los textos, la forma de presentación, todo está pensado para provocar al oyente a detenerse y reflexionar.

¿Qué reacciones has recibido del público con esta propuesta?

Ha sido variada. Algunas personas responden con entusiasmo, otras simplemente no entienden. Creo que ésa es una buena señal. No estoy interesado en agradar a todos, sino en provocar preguntas.

¿Cuál es tu relación con la música experimental?

Para mí todo es música. Desde hace más de 15 años he participado en distintos proyectos que exploran formas no tradicionales de hacer música. Lo importante es la intención, no el género.

Has tocado en muchos espacios distintos, desde galerías hasta salas de concierto. ¿Cómo entiendes el lugar de exhibición hoy?

La música debe vivir donde sea que tenga sentido. Me interesa cuando el espacio aporta algo a la experiencia, cuando no es solo decorado.

¿Qué importancia tiene lo físico, el cuerpo, en tu música?

Tocar implica el cuerpo. Mi trabajo, especialmente como percusionista, siempre ha estado ligado a eso. Death Blues también enfatiza esa presencia, esa corporalidad, especialmente en vivo.

¿Qué viene para Death Blues?

El proyecto sigue creciendo. Espero lanzar más grabaciones, textos y objetos. También estoy trabajando en presentaciones en vivo más complejas. Es un proyecto sin fecha de término.

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