Koray Kantarcioglu

¿Cómo llegaste a involucrarte con la música experimental y electrónica?
Desde joven me interesé mucho por los sonidos que escapaban de lo tradicional. Escuchar a artistas que manipulaban sonidos y texturas fue, para mí, una revelación. Con el tiempo, eso me llevó a experimentar con grabaciones de campo, sintetizadores y loops análogos.

Tu álbum tiene una estética muy cinematográfica. ¿Fue intencional?
Sí, absolutamente. Me interesa mucho cómo el sonido puede generar imágenes mentales, algo casi narrativo. Siempre me ha influenciado el cine, y quise que eso se reflejara en la atmósfera general del disco.

Trabajas con material de archivo sonoro bastante antiguo. ¿Cómo eliges qué usar?
La búsqueda de sonidos es una parte clave de mi proceso creativo. Paso mucho tiempo escuchando y seleccionando fragmentos de grabaciones olvidadas, de viejos programas de TV o cine. Me interesa cómo resuenan en el presente y qué nuevas lecturas pueden despertar.

¿Cuál fue el mayor desafío en la producción de este disco?
Lograr un equilibrio entre lo analógico y lo digital sin que pareciera forzado. Quería usar las imperfecciones del tape y las distorsiones como un lenguaje propio, sin perder claridad en la narrativa sonora.

¿Tienes algún artista o álbum que consideres fundamental para tu sonido?
Hay muchos, pero diría que el trabajo de William Basinski fue muy revelador para mí. Su uso del deterioro físico del material como parte del discurso musical me marcó profundamente.

¿Qué planes tienes a futuro en términos de música?
Estoy trabajando en un proyecto audiovisual colaborativo con un colectivo de artistas visuales. También estoy explorando nuevos soportes, como instalaciones sonoras inmersivas y presentaciones en vivo más performáticas.

Si quieres saber más de su música, puedes visitar su perfil en Bandcamp.