Mark Van Hoen

¿Cómo nace “The Revenant Diary”?
Nace de una lectura que hice en un diario viejo de 1982, perteneciente a cuando tenía 18 años. Me dejó helado lo que escribí ahí. Es algo que escribí después de una experiencia con ketamina. Básicamente decía: “Ahora me acuerdo de lo que olvidé hace mucho tiempo”. Fue muy profundo, algo que realmente me afectó… es difícil de explicar. Así nació la idea de hacer un disco desde el punto de vista de esa persona que escribió esas palabras.
¿En esos momentos ya dabas tus primeros pasos en la música?
Sí, siempre estuve interesado en la música, desde joven. Tocaba piano desde los 10 años y en la escuela secundaria ya experimentaba con grabaciones en una grabadora de cinta cassette. Usaba guitarras, teclados, lo que tuviera a mano. Ya estaba metido en eso cuando escribí ese diario. Era 1982. Un par de años después, me involucré con la música electrónica.
¿Cómo fue ese tránsito hacia la electrónica?
Primero escuché a gente como Jean-Michel Jarre y lo encontraba fascinante. Luego Kraftwerk, después cosas más oscuras, como Cabaret Voltaire y Throbbing Gristle. Así fue como llegué a la electrónica. Escuchaba todo lo que salía de sellos como Factory o Mute Records. Me gustaban The Normal, Fad Gadget, etc. Hacía mis propias grabaciones, ¡aunque eran bastante malas! Después compré un computador y empecé a manipular sonidos digitalmente.
¿A qué se debe el carácter tan personal e íntimo de este disco?
Quería explorar algo más profundo. Muchas veces la electrónica puede ser muy fría. Esta vez quise hacer algo mucho más emocional, reflexivo. Mirando hacia atrás y evaluando quién eras y quién eres ahora. Todos tenemos esos momentos de autoanálisis. Este álbum es como una fotografía introspectiva.
¿Trabajaste solo o con más gente?
En su mayoría lo hice solo, aunque tengo contribuciones vocales de Neil Halstead (de Slowdive y Mojave 3) en dos temas. Neil es un muy buen amigo. Él canta y toca guitarra en algunos fragmentos.
¿Cómo se dio esa colaboración?
Vivimos cerca uno del otro. Lo invité a mi estudio y grabamos unas ideas. Funcionó perfecto. Es un músico muy versátil. Lo admiro desde hace tiempo.
¿Cuál fue tu técnica de producción para este disco?
Me basé en loops analógicos. Grabé varias cosas en cinta y luego las transferí al computador. También grabé varios pianos viejos. Quería un sonido gastado, antiguo, que evocara recuerdos. No usé muchas computadoras modernas ni software digital, quise mantener ese carácter analógico.
¿Es una suerte de homenaje a tu pasado?
Podría decirse que sí, pero no nostalgia barata. Es más bien un deseo de comprender y abrazar mi propia historia. Lo bueno y lo malo.
¿Cuál es tu visión sobre cómo ha evolucionado la electrónica?
Ha cambiado mucho. Se ha masificado y eso es bueno y malo. Hay más acceso, pero también más basura. Aun así, creo que vivimos una época interesante. Hay muchos artistas jóvenes haciendo cosas valientes. Es un buen momento para experimentar.