Paula Schopf


Paula Schopf es una música, artista sonora y activista cultural chilena quien desde 1991 desarrolla su carrera musical en Berlín bajo el seudónimo de Chica Paula.
Ha trabajado con Max Loderbauer (Sun Electric) y remezclado para varios(as) artistas, la mayoría de ellos(as) del prestigiado sello alemán Karaoke Kalk, como Donna Regina, Contriva y Hauschka.
En esta entrevista relata sus comienzos en Ocean Club y Tresor, dos lugares míticos de la capital alemana y fundamentales en la música electrónica.
En 2017, logra su Maestría en Estudios de Sonido en la Universidad de las Artes de Berlín. Ha participado en varios paneles y conferencias acerca de la escena de la música electrónica y género en Sudamérica. Así también investigado los espacios públicos y en especial su ambiente sonoro e implicancias sociales y políticas. Su discografía consiste en diez discos publicados, la mayoría de ellos en Monika Enterprise (sello que dirige Gudrun Gut) y en Karaoke Kalk.
Esta entrevista se dio en el contexto de su último disco, el EP «Espacios en Soledad», publicado en noviembre 2021 por el sello berlinés Karaoke Kalk.
Se agradece a Ed Benndorf, al frente de la distribuidora alemana Dense por gestionar esta entrevista.
https://paulaschopf.de/discography/, https://karaokekalk.de
Foto izquierda: Udo Siegfried
Tu EP «Espacios en Soledad» publicado por el sello Karaoke Kalk en noviembre 2021, es un documento sonoro que refleja muy bien Santiago Centro. ¿Qué fue lo que más te llamó la atención de esta grabación?
«Más que la grabación misma, puedo hablar de la experiencia sonora en las calles del centro de Santiago – principalmente el Paseo Ahumada -. Lo que más me llamó la atención, fue el hecho real de que a través del sonido, se puede leer perfectamente los cambios sociales e históricos que vivía la ciudad en ese momento. A través de los vendedores, de la ausencia de algunos sonidos que me eran familiares en la memoria y la presencia de nuevos sonidos desconocidos para mí, ya que no vivo en Chile. También me daba la sensación de que por el calor que hacía, las ondas sonoras se movían más lentamente, pero esto es puramente subjetivo, como que el sonido tuviera temperatura. Es extraño pero esa percepción me sorprendió».
En relación a las instalaciones sonoras, ¿qué características o elementos consideras deben tener los lugares específicos que tu seleccionas?
«No he hecho tantas instalaciones sonoras, pero el proceso es más bien al revés. Uno es invitado a un lugar a realizar una instalación, es decir, yo no elijo el lugar por sus características, sino que trato de reconocer las características del lugar y de acercarme de una forma más bien fenomenológica al espacio, reconocer (a través de la experiencia) el espacio y sus características históricas, físicas, etc. y por ende sonoras».
Me llama la atención que la música que tú haces como DJ o como Chica & the Folder (junto a Max Loderbauer), una de sus características sea que suena como a un cuento de hadas. ¿Te podrías por favor explayar sobre esto?
«Este término descriptivo “cuento de hadas” lo usó una amiga que escribió sobre el primer disco de Chica and The Folder (“42 Mädchen”, 2003). Como la prensa lo asimiló rápidamente en sus críticas, el término se fue quedando en los medios y en la ficha bibliográfica. Luego lo retomó la agencia de Djs en la que yo estaba.
Yo más bien en ese entonces (2003) describía mis producciones como una forma de diletantismo. Siendo que en general podría decir que desde mis primeras producciones con Max Loderbauer, pasando por mi labor como Dj, hasta ahora que trabajo con Field Recordings, siempre estoy contando una historia, una narración, más que un cuento de hadas».
¿Nos puedes contar acerca de WIP (Woman in Power)? ¿Tienen proyectos en camino?
«Alisú, Paula Burgos y Nadine me invitaron a participar el año pasado para la compilación W.I.P, pero desde entonces no he tenido mucho contacto con ellas. Admiro mucho su trabajo y encuentro que es necesario no perder la continuidad, ya que el primer disco digital fue un gran comienzo».
¿Qué recuerdos tienes de cuando te invitaron a integrarte al colectivo berlinés Ocean Club?
«¡Muy buenos recuerdos! Thomas Fehlmann y Gudrun Gut me invitaron a participar en su Club, el que se presentaba en uno de los espacios de Tresor. Yo literalmente aprendí a tocar en Tresor, que ya en ese entonces era el club Techno más importante del mundo. Había mucha libertad, amistad, experimentación, locura y tolerancia».
¿Qué artistas y tendencias musicales destacarías de la escena actual de Berlín?
«Difícil pregunta, hay tantas tendencias y artistas. En general, puedo decir que Berlín se destaca por su diversidad, hay muchas escenas distintas dentro de la música electrónica. En los últimos años he tenido el agrado de conocer y de escuchar a muchas músicas latinoamericanas residentes en Berlín. Como por ejemplo Alexandra Cárdenas (Colombia), su trabajo se centra en el comportamiento algorítmico de la música (Live Coding) y es una gran representante del “Algorave”. También está Daniela Huerta aka DJ Baby Vulture (México), su trabajo oscila entre la performance, el diseño sonoro y los proyectos multimedia.
También está Ale Hop (Perú), ella compone música electrónica y electroacústica, mezclando, pop, vanguardia, música ambient y un complejo repertorio de técnicas extendidas para guitarra eléctrica.
Diría que la música electrónica experimental ha tenido un auge en los últimos años».
¿Nos podrías contar sobre tus futuros proyectos?
«En estos momentos estoy trabajando con el material recogido en mis dos viajes a Punta Arenas. Mi intención es realizar un disco que incluya el trabajo que realicé con el músico magallánico Eduardo Velásquez. En diciembre 2021 hice una pequeña sesión de estudio con Eduardo y Rafael Cheuquelaf.
Sobretodo se trata del material grabado (Field Recordings) durante mi primera residencia en Magallanes en el año 2019, donde tuve la suerte de grabar en la isla Navarino. Espero cerrar ese proyecto este año».
Guillermo Escudero
Marzo 2022