Ben Frost

Ben Frost de Melbourne, Australia, quien hoy vive en Reykjavik, Islandia, es un artista sonoro que combina la música, las instalaciones y artes visuales.
Sus influencias provienen del minimalismo, la música contemporánea, pero por sobretodo del post-industrial de la desaparecida banda Swans.
Con un pie en Reykjavik y el otro en Melbourne, Frost desarrolla varios proyectos colaborativos como el MOB — una exploración de las multitudes humanas — con el colectivo Cicada, junto a los artistas visuales Kirsten Bradley y Nick Ritar, con quienes trabaja los espacios públicos urbanos. También trabaja con el compositor y productor islandés Valgeir Sigurðsson y en otro proyecto con el instituto de investigación sísmica de Islandia.
Frost es parte de la banda School of Emotional Engineering que tiene ya publicado su LP homónimo en el sello Architecture (2004) y prepara su segundo disco. En solitario edita en el sello de Lawrence English, Room40, el disco “Steel Wound” (2003), que comprende un mar de drones de guitarras. Actualmente está trabajando con el ballet de Islandia y con la cantante islandesa Björk.

Sitios de interés:
www.room40.org
www.ethermachines.com
www.cicada.tv
www.schoolofemotionalengineering.com

Ben Frost is a sound artist from Melbourne, Australia now based in Reykjavik, Iceland, who combines different art forms with his various collaborative projects as MOB, which is an exploration of the human crowd, along with the Cicada collective comprised of Kirsten Bradley and Nick Ritar who work within urban and public spaces.
He’s heavily influenced by minimalism of the 20th Century and by the physicality and strength of the legendary band Swans.
He also works alongside Icelandic composer and producer Valgeir Sigurðsson, and the Seismic Research Institute in Iceland.
Frost is part of the band School of Emotional Engineering that has already released its self-titled album on the Architecture label in 2004, and they are completing their second album. As a solo artist Frost published on Lawrence English’s Room40 imprint his album of ambient and guitar drones ‘Steel Wound’ (2003). He’s currently working with the Icelandic Ballet and singer/composer pop star Björk.

Links of interest:
www.room40.org
www.ethermachines.com
www.cicada.tv
www.schoolofemotionalengineering.com

¿Tu trabajo en “Steel Wound” [Room40, 2003] con drones de guitarra es una experiencia muy cinemática. ¿Nos podrías explicar cómo desarrollaste este trabajo?
“‘Steel Wound’ se desarrolló a partir de mi fascinación que tenía con la contención en la música y supongo que las cualidades cinemáticas de la guitarra.
‘Steel Wound’ es totalmente sobre la restricción. Cuando alcanzas peligrosos volúmenes con los amplificadores de la guitarra, algo le pasa a ésta. Parece que tuviera vida propia en sí misma, donde el detalle del instrumento se asoma en primer plano y saca un elemento de control del ejecutante. Tú te aproximas al instrumento de una forma totalmente distinta, porque tocarlo normalmente se convierte tanto en algo peligroso como poco interesante.
Cuando estaba creando en mi cabeza el proceso de ‘Steel Wound’ le expliqué a mi padre lo que quería hacer y cómo quería aislarme para crear este trabajo. A través del amigo de un amigo, me encontró una pequeña cabaña en lo alto de un risco cerca de la calle Great Ocean Road en Victoria, Australia, que está cerca de cuatro horas en auto de mi vieja casa en Melbourne y era completamente aislada.
Me quedé cerca de una semana en la cabaña, instalando un estudio que consistió en una serie de amplificadores de guitarras y micrófonos para la habitación que distribuí por toda la casa y también fuera de ella. Mucho se ha escrito acerca de la sensación de espacio en ese disco y creo que es un espacio único; gran parte de la distancia en los sonidos es en realidad la distancia física — los micrófonos estéreo estaban a 30 metros fuera de la casa, en el camino, y estaban grabando el ruido de las guitarras que se encontraban dentro de la cabaña.
En otras partes de la casa grabé con tapones en los oídos para protegerme.
Con frecuencia estaba muy fascinado con los espacios con reverberaciones y las exploraciones de las texturas y, con mi actual trabajo (un álbum que se llama ‘Theory Of Machines’) estoy más consciente con lo físico y la fuerza del sonido, en lo visceral y vicioso, más que en la dispersión del sonido y la distancia. Aún estoy muy orgulloso de lo que hice en ‘Steel Wound’.
Ahora mismo mi trabajo es acerca de la reducción, no minimalismo como tal, sino reduciendo el sonido a un punto de energía concreto. Es lejos el trabajo más agresivo que he realizado.”

¿Tú combinas tu trabajo musical con las artes visuales y otras formas de arte?
“Yo vivo en Reykjavik, Islandia, y estoy actualmente trabajando con el Ballet de Islandia. Esta obra es de los proyectos de largo alcance que involucran colaboraciones en otras formas de arte. Estoy ahora mismo en un aeropuerto en espera de un vuelo a Australia, a donde trabajaré con los videastas de Cicada (www.cicada.tv) para terminar un proyecto denominado MOB, que es una exploración de la multitud humana.
Con relación al MOB, he estado trabajando con un coro de niños islandeses, a fin de crear las bases para la instalación, que será una composición no lineal.
También estoy trabajando en el Instituto de Investigación de Sismografía en Islandia, con el que estamos realizando una investigación preliminar sobre un proyecto del desplazamiento de los terremotos, a través de los sonidos subsónicos… Estoy escribiendo música para ser tocada en la tierra.
Al menos el 50% de mi trabajo es colaborativo.”

Según estoy informado, tu música tiene influencias en el minimalismo y en el rock. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
Eso es verdad, tengo muchas influencias de la música rock ya que tengo un background de rock. Nunca escuché música de baile, y como tal tengo poco aprecio por la música electrónica. En este ámbito mi gusto es muy específico. La mayoría de los compositores que me influencian generalmente son minimalistas modernos del siglo XX. Actualmente mi trabajo está fuertemente influenciado por la banda Swans, de quienes su inclinación al rock ha sido una fuente de gran influencia. El trabajo puro físicamente y de naturaleza muscular es alucinante. Estoy escuchando a muchos compositores norteamericanos como David Lang y Nico Muhly y al compositor de películas Cliff Martínez.
Básicamente trabajo en los estudios Greenhouse, en Reykjavik, en donde colaboro en varios proyectos con el compositor/productor Valgeir Sigurðsson… de muchas formas, con Valgeir como mi profesor, colaborador y amigo. En los últimos tres años él ha sido el oído más directo sobre mi música.
Como regla general no estoy particularmente interesado en la música electrónica y siento que mi trabajo lucha por no ser etiquetado como tal. Me siento más cercano a las bandas de rock y a la música industrial. En raras ocasiones cuando toco en vivo, la audiencia es generalmente dark. Lo que me gusta, ya que de allí es de donde provengo.”

¿Tienes otros proyectos paralelos?
Soy un ávido colaborador y trabajo con mucha gente diferente como compositor, programador y productor. Tengo un proyecto de banda que se llama School of Emotional Engineering. Estamos actualmente terminando nuestro segundo álbum.”

Texto: Guillermo Escudero
Febrero 2006

Your work on ‘Steel Wound’ [Room40, 2003] with guitar drones is a real cinematic experience. Could you please tell us how you developed this work?
“‘Steel Wound’ developed out of a fascination I have with musical restraint, and I guess, the cinematic qualities of the guitar.
‘Steel Wound’ is completely about restraint. When you reach potentially dangerous volumes with guitar amplifiers, something happens to the guitar, it sort of takes on a life of its own where the detail of the instrument really comes to the forefront and takes away an element of control from the performer. You approach the instrument in an entirely different way, because to play it normally becomes both dangerous, and generally uninteresting.
When I was forming the process of ‘Steel Wound’ in my head I explained to my father what I wanted to do, and how I wanted isolation to create the work. Through a friend of a friend he found me a small cabin on a cliff top just off the Great Ocean Road in Victoria, Australia, which is about 4 hours’ drive from my old home in Melbourne, and was completely isolated.
I stayed in the cabin for about a week, setting up a studio that consisted of a series of guitar amplifiers and room mics which I spread all around the house and outside also. Much has been written about the sense of space on that record, and I think that it is a unique space, given that much of the distance on the sounds is actual physical distance – stereo mics 30 meters outside the house, on the road, recording the screaming guitars within.
I often recorded with myself in another part of the house

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