Cakewalk

¿Qué nos puedes contar de tu nuevo disco?
El disco es un trabajo muy íntimo. Quise volver a las raíces de mi sonido original, sin dejar de explorar nuevas texturas sonoras. Fue grabado en invierno y eso también se siente en el tono general de los temas.
¿Cuál fue tu proceso de producción?
Trabajé durante varios meses con diferentes sintetizadores analógicos, grabando casi todo en cinta. Después hice la edición digital. Puse mucho énfasis en mantener una sensación orgánica.
¿Qué influencias se pueden notar en esta entrega?
Escuché mucho ambient japonés, música de cine y algo de electrónica experimental de los 90. Todo eso permea el sonido del álbum.
¿Hay algún tema que te haya costado más que otros?
Sí, la pista “Sombras líquidas” fue un desafío. Encontrar el equilibrio entre la atmósfera y el ritmo me tomó bastante tiempo.