Colin Self
Colin Self | «Orphans» | RVNG Intl. | 2019
Colin Self, artista multidisciplinario y performer experimental, lanza su nuevo álbum Orphans a través del sello RVNG Intl., completando lo que él denomina la «Elation Series», una saga de obras centradas en la colectividad y la identidad queer a través de la voz, la performance y la música electrónica de vanguardia.
El trabajo continúa lo iniciado en Siblings (2018), pero propone una experiencia más íntima y menos operática. En sus palabras, «me siento más vulnerable y directo en este disco», y eso se traduce en composiciones que oscilan entre piezas corales etéreas, ambientaciones sintéticas y juegos vocales que desestructuran el lenguaje pop convencional.
La propuesta de Self no busca respuestas simples ni complacer a una audiencia específica; se trata más bien de un llamado a formar comunidades afectivas que escapen a las normativas del individualismo contemporáneo. En este sentido, Orphans se presenta como un espacio de hospitalidad sonora para lxs desposeídxs, un refugio de glitch, voz y texturas que evoca la posibilidad de otros mundos.
¿Qué significa para ti el concepto de huérfanxs al nombrar este trabajo?
«Me interesa pensar la orfandad no solamente en términos familiares, sino como condición generalizada en un sistema que desvincula, desarticula y aísla. Una cultura de la orfandad puede ser el sitio desde donde inventar nuevas formas de vinculación más allá del ADN, la legalidad o la propiedad.»
Musicalmente, ¿cómo llegaste a este resultado?
«Fue un proceso más espontáneo que en mis producciones anteriores. Grabé muchas tomas vocales sin pensar demasiado, buscando más bien dejarme atravesar por la emoción del momento. Hay una cierta fragilidad deliberada, una exposición que antes evitaba.»
En Orphans, la voz se vuelve materia dúctil, oscilando entre lo humano y lo artificial. La tradición coral se mezcla con lo digital, lo operático con lo doméstico y lo experimental con el pop más intuitivo, dejando al oyente en un terreno ambiguo pero fértil.
Este álbum no propone una escucha pasiva ni decorativa. Al contrario, desafía al oyente a sumergirse activamente en su arquitectura sonora, a compartir el desamparo y la posibilidad de construir afectos desde ese lugar. Con esto, Colin Self se consolida como una de las voces más renovadoras del arte queer contemporáneo.
